Principios Básicos de la BIBLIA
ESTUDIO 11: LA VIDA EN CRISTO
Introducción | Santidad | El uso de la fuerza | Politics | Placeres mundanos | Estudio de la Biblia | Oración | Predicación | Vida eclesiástica | El partimiento del pan | Matrimonio | Fraternidad | Preguntas

11.2.2 POLITICS

Un claro entendimiento y una fe firme en la venida del reino de Dios significa que reconoceremos que los gobiernos humanos son incapaces de producir perfección. Cualquier involucramiento en política humana es por consiguiente incompatible con la esperanza del reino. Jesús profetizó que las cosas degenerarían de mal a peor en "los últimos días" justo antes de su venida (Lc. 21:9-11,25-27). No es posible creer estas palabras y al mismo tiempo tratar de mejorar la posición del mundo por medio de políticas humanas o agencias de ayuda. La parábola del buen samaritano indica cómo los cristianos deben asistir al mundo circundante haciendo bien a todos los hombres cuando la oportunidad lo permita (Gá. 6:10).

El registro de los primeros creyentes muestra que a ellos les había sido encomendado vivir una vida espiritual previniendo el retorno de Cristo, manifestando principalmente su preocupación por el mundo que los redeaba a través de su predicación. No hay registro de que se pronunciaran sobre los problemos sociales, económicos y políticos del mundo que los rodeaba.

"El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos" (Jer. 10:23); Si estamos conscientes de la maldad y el error fundamentales en el ser humano, entonces reconoceremos que el liderazgo humano no es adecuado para el pueblo de Dios. Por consiguiente, votar es inconsistente con un verdadero entendimiento de esto. "El Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere" (Dn. 4:32). Él es el poder que está por encima de los más altos en el gobierno presente (Ec. 5:8). Los gobernantes humanos reciben en última instancia su poder de Dios (Ro. 13:1); por consiguiente, votar en un sistema democrático puede hacernos votar en contra de la persona que Dios ha escogido para estar en el poder. Así está escrito que Dios puso a ciertas naciones bajo el control de Nabucodonosor rey de Babilonia (Jer. 27:5,6).

A causa de nuestro reconocimiento de que Dios ha entregado las naciones en manos de sus gobernantes debemos ser muy cuidadosos como ciudadanos ejemplares cumpliendo las leyes del país en que vivimos a menos que haya contradicción con las leyes de Cristo.

"Sométase toda persona a las autoridades superiores... las que hay, por Dios han sido establecidas... por esto pagáis también los tributos [impuestos]... pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo... al que honra, honra" (Ro. 13:1-7).

El involucramiento de las organizaciones llamadas cristianas en formas de protesta política y boycots a los impuestos es por consiguiente una indicación de su meditado desprecio de estos principios bíblicos básicos. Sin embargo, el ejemplo de Pedro de continuar predicando a Cristo cuando el gobierno había prohibido hacerlo, es una indicación de cómo podemos obedecer mandatos humanos solamente cuando no entran en conflicto con la ley de Cristo: "Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios" (Hch. 4:17-20; 5:28,29).

La actitud cristadelfiana ante el servicio militar obligatorio en años recientes es otro ejemplo de esto.


  Back
Home
Next