Principios Básicos de la BIBLIA
ESTUDIO 10: EL BAUTISMO EN JESÚS
La importancia vital del bautismo | ¿Cómo deberíamos bautizarnos? | El significado del bautismo | El bautismo y la salvación | Digresiónes (Repetición del bautismo, El nivel de conocimiento que se requiere antes del bautismo, El ladrón en la cruz, Una muestra del servicio bautismal) | Preguntas

DIGRESIÓN 33: UN MODELO DE SERVICIO DE BAUTISMO

Para dar alguna idea de cómo debe desarrollarse un bautismo propiamente, lo que sigue es un relato de un sevicio de bautismo realizado por los cristadelfianos en Hartlepool, Inglaterra, un sábado por la tarde en noviembre de 1990. Sin embargo debe notarse que el bautismo es fundamentalmente una inmersión en agua después de un sicero arrepentimiento y creencia en el evangelio. El ‘servicio’ es solamente una extra opcional para dar un sentido de apropiada importancia a la ocasión. El orden del procedimiento fue como sigue:

-Oración de apertura

-Lectura de Romanos capítulo 6

-Corta exposición acerca del bautismo (impresa abajo; nombres reales cambiados)

-Oración

-Inmersión de la persona en una piscina

-Oración

Alocución sobre el bautismo

No puede haber duda de que hoy es el día más importante en la vida de David; en unos momentos él irá dentro del agua y resucitará completamente "en Cristo", una simiente de Abraham, habiendo sido hechas para él aquellas gloriosas promesas que integran el evangelio.

La extrema simplicidad de este acto puede ser decepcionante, aunque David y todos nosotros aquí creemos que esta inmersión en agua lo asociará con la muerte y resurrección de Jesús, tal como leemos en Romanos 6 vrs. 3-5.

"¿No sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección".

Por unos momentos tratemos de imaginar la escena en la resurrección de Jesús, porque hemos visto que cuando David salga del agua él estará asociado con la resurrección de Jesús de entre los muertos.

Podemos imaginar la frescura y silencio del aire nocturno, y el glorioso sentimiento de nueva vida dentro de Jesús. Él habría sido capaz de ver las luces de Jerusalén tremulantes en la distancia. La gente allí no se daba cuenta de la cosa maravillosa que había sucedido tan cerca de ellos, que un hombre se estaba levantando de entre los muertos a una nueva vida.

Y así como David surge del agua, el mundo alrededor de nosotros no puede apreciar el hecho glorioso que está sucediendo; todo lo que ellos pueden ver, si se molestan en mirar, es un pequeño grupo de hombres y mujeres caminando hacia una piscina y a un hombre sumergiendo a otro. Pero como los ángeles se gozaron en la resurrección de Jesús, así ahora, invisibles para nosotros, los ángeles se gozan porque un pecador se arrepiente.

Hemos leído en Romanos 6 que es necesario que "nosotros andemos en vida nueva", el gozo que David tendrá ahora irá con él a medida que avanza a través de la vida. Tal como hemos leído, él no será más un esclavo del pecado, sino de Dios, haciendo Su voluntad tal como está revelada en la Biblia. Es tentador razonar que querríamos libertad para nosotros mismos, pero sirviéndonos a nosotros mismos no somos libres, somos esclavos del pecado. David está ahora cambiando de señor, para servir a Dios. Algunas veces parecerá que las aparentes restricciones que la nueva vida nos impone son demasiadas para soportarlas y nos vemos tentados a tratar de liberarnos de ellas. Pero si lo hacemos no seremos libres, estaremos sirviendo al pecado de nuevo.

Pablo explica en 1 Corintios 10:1,2 que nuestro paso a través de las aguas del bautismo equivale al paso de Israel a través de las aguas del Mar Rojo. Ellos "fueron bautizados en la nube y en el mar"; había agua a ambos lados de ellos y arriba de ellos en la nube. Cuando atravezaron "las nubes echaron inundaciones de aguas" (Sal. 77:17), ellos probablemente se empaparon en el aguacero. Una especie de parábola puede ser desarrollada a partir de esto, con muchas lecciones para nosotros. Los israelitas habían sido esclavos en Egipto, viviendo una vida sin sentido, trabajando duro en su esclavitud y sirviendo a los ídolos de Egipto. A través de su experiencia de la vida, clamaron a Dios para encontrar alguna vía de escape, aunque ellos probablemente no tenían idea de cómo les respondería Él.

En respuesta Dios envió a Moisés a dirigirlos en su salida de Egipto, hacia el Mar Rojo y luego a través del desierto para entrar a la tierra prometida. Israel en Egipto fue como David y todos los que vienen al bautismo; ahora David ha sido conducido, como si lo fuera, a las riveras del Mar Rojo. Una vez que pase a través del agua, él no estará inmediatamente en la tierra prometida del reino, él se unirá al resto de nosotros aquí en el camino a través del desierto. Dios guio a Israel por el desierto por medio de un ángel, quien estaba continuamente con ellos día y noche. Así también cada uno de nosotros tiene un ángel acampando alrededor de nosotros guiándonos en nuestra vidas hacia la salvación (Sal. 34:7; He. 1:14).

Israel fue alimentado diariamente con maná, lo cual interpreta Jesús en Juan 6 como él mismo y la palabra de Dios. Si ellos no lo hubieran comido, pronto habrían muerto en aquel desierto pues no había allí otro alimento para comer. Por esta razón no podemos recomendarle lo suficientemente fuerte el "Compañero de la Biblia", tablas de lectura, por medio de las cuales lea la Biblia diariamente, examinando el completo contexto de pasajes a medida que usted lee, y especialmente alimentándose en Cristo a quien usted encontrará "en todas las Escrituras". Es vital dejar espacio en nuestra diaria rutina, preferiblemente a la misma hora todos los días, para leer esos capítulos y reflexionar sobre ellos.

De paso, a Israel le fue dicho no tratar de reunir maná de varios días en un solo día, sino hacer el esfuerzo de salir y recoger cada día. Nuestro alimento en la palabra necesita ser diario. Así como no olvidaríamos tomar nuestro alimento natural así haremos instintivamente el esfuerzo diario de alimentarnos con la palabra de Dios; en verdad, Job pudo decir que él valoraba las palabras de Dios "más que mi necesaria comida". Israel también bebió de la corriente que fluyó de la roca hendida; 1 Corintios 10 nos dice que ésta representa a Cristo.

Así que debemos comer y beber en el ejemplo de Jesús, lo que podemos hacer por medio del servicio recordatorio de cada semana. Hablando de reuniones, debe ser nuestro deseo natural reunirnos con otros que comparten nuestra esperanza. Un viajero en un desierto literal saltaría en alguna oportunidad para encontrarse con otro viajero para discutir los posibles problemas que puedan haber adelante y para compartir experiencias. Así nosotros en el desierto de la vida, en este mundo inicuo debemos hacer cualquier esfuerzo para mantenernos en contacto unos con otros. A menudo tal reunión no es posible en la carne tanto como quisiéramos, pero debemos aprovechar cualquier oportunidad para mantenernos en contacto por cartas, lectura de revistas, etc.

Hemos hablado acerca de las responsabilidades de la nueva vida, pero sería equivocado dar la impresión de que si hacemos ciertas cosas, tal como las lecturas diarias de la Biblia, entonces Dios tendrá que recompensarnos. Es el buen placer de Dios, Su voluntad, darnos el reino como un don, no como salario de nuestras obras (Ro. 6:23). Sería para nosotros incorrecto pensar que el bautismo es una buena idea porque ahora tenemos una buena oportunidad de entrar al reino. La verdad y el amor de Dios, la victoria de Cristo, lo hace todo mucho más positivo que eso. Dios realmente quiere que David y todos los que estamos aquí estemos en el reino. Este hecho es tan glorioso que tenemos que recordarnos a nosotros mismos una y otra vez que realmente es verdad y que a la luz de ello deberíamos estar respondiendo de alguna manera al amor de Dios.

Cuando Israel salió del Mar Rojo hubo tremendo gozo; Moisés cantó su canción y todo el pueblo se regocijó. Salmos 105:35-41 bien expresa esto mostrando cómo Dios proveyó todo lo que era necesario para su viaje:

"Y comieron [langostas y pulgones] toda la hierba de su país, y devoraron el fruto de su tierra. Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, las primicias de toda su fuerza. Los sacó [a los israelitas] con plata y oro; y no hubo en sus tribus enfermo. Egipto se alegró de que salieran, porque su terror había caído sobre ellos. Extendió una nube por cubierta, y fuego para alumbrar la noche. Pidieron, e hizo venir codornices; y los sació de pan del cielo. Abrió la peña, y fluyeron aguas; corrieron por los sequedales como un río".

Ese gozo es nuestro gozo, sus futuros hermanos y hermanas, quienes están aquí testificando su bautismo. Es el gozo de Dios, de Jesús y de los ángeles quienes esta vez están mirándonos intensamente. Podamos cada uno mantener esta esperanza y este gozo "firme hasta el fin" para que podamos caminar juntos en el reino.

Ahora bajaremos a las habitaciones de cambio, y luego a la piscina...


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