Principios Básicos de la BIBLIA
ESTUDIO 9: LA OBRA DE JESÚS
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9.6 EL SÁBADO

Una de las más difundidas continuidades entre las actuales prácticas ‘cristianas’ y la ley mosaica se ve en la idea de que debemos guardar el día de reposo. Algunos grupos afirman que deberíamos guardar el día de reposo judío exactamente como está definido en la ley; muchos otros estiman que los cristianos deben tener un día específico de la semana dedicado a la adoración y que a menudo determinan que es el domingo. Lo primero que hay que aclarar es que el día de reposo era el último día de la semana, cuando Dios descansó después de los seis días de la creación (Ex. 20:10,11). Como el domingo es el primer día de la semana, sería incorrecto observar este día como el día de reposo. El día de reposo era específicamente una "señal entre mí [Dios] y ellos [Israel] para que supiesen que yo soy Jehová que los santifiqué" (Ez. 20:12). Como tal, nunca ha tenido el propósito de ser obliggatorio para los gentiles (los no judíos). "Jehová os [ a los judíos y no a toda la humanidad] dio el día de reposo" (Ex. 16:29). "Les ordenaste [a los judíos] el día de reposo santo para ti" (Neh. 9:14).

Jesús cierta vez comentó en un problema teológico: un recién nacido tenía que ser circuncidado en el octavo día de su vida. Si este día caía en Sábado, entonces el trabajo tenía que ser hecho. Así que ¿cuál ley había de guardarse? ¿La circuncisión o el Sábado? Jesús replicó que la circuncisión debía ser honrada porque esta vino de Abraham, mientras que la ley del Sábado, de Moisés, fue posterior: "Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres) [es decir, de Abraham] (Jn. 7:22). Si la ley de la circuncisión tenía prioridad sobre la del Sábado, ¿cómo es que algunos arguyen que la ley del reposo es un mandato, pero la de la circuncisión no lo es? La circunsición fue la señal del pacto con Abraham, mientras que el Sábado fue la señal de la ley de Moisés (Ex. 31:17) y Jesús juzgó que el pacto con Abraham era más importante. La misma clase de argumento es usada por Pablo cuando razona que el nuevo pacto dado a Abraham (que no incluye mandato acerca del Sábado) es algo que no puede ser agregado o invalidado. Por consiguiente, él pregunta: "¿Para qué sirve la ley?"(Gá. 3:15,19), El responde que la ley fue añadida, con implicación temporal y viendo que el nuevo pacto no puede realmente agregarse, para enseñar a los hombres acerca del pecado y conducirlos a un entendimiento de Cristo, la simiente prometida de Abraham. Ahora que Cristo ha venido no estamos bajo la ley.

Hemos visto que por medio de la muerte de Cristo en la cruz, la ley de moisés fue quitada, de manera que ya no hay necesidad de observar el día de reposo o, en verdad, ningún día de fiesta, ejemplo, el día de la muerte de Cristo (Col. 2:14-17). En cuanto a los cristianos del primer siglo que volvían a guardar partes de la ley mosaica, ejemplo, el día de reposo, Pablo les dice: "¿Cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días [ejemplo, el día de reposo], los meses, los tiempos y los años [es decir, los días de fiesta judíos]. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros" (Gá. 4:9-11). Esto es lo grave de intentar guardar el día de reposo como un medio de salvación. Está claro que observar el día de reposo no tiene importancia para la salvación: "Uno hace diferencia entre día y día [es decir, en significación espiritual]; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace" (Ro. 14:5,6).

Debido a esto, es comprensible que no leamos acerca de que los primeros creyentes guardaban el día de reposo. En verdad, está consignado que ellos se reunían "el primer día de la semana", es decir, el domingo: "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para repartir el pan..." (Hch. 20:7). Que esta era una práctica ampliamente difundida se indica en que Pablo aconsejó a los creyentes de Corinto que hicieran una colecta "cada primer día de la semana" (1 Co. 16:2), es decir, en sus reuniones acostumbradas en ese día. A todos los creyentes se les describe como sacerdotes (1 P. 2:9), los cuales estaban eximidos de guardar el día de reposo (Mt. 12:5).

Si hemos de guardar el día de reposo, debemos hacerlo apropiadamente. Anteriormente hemos mostrado que es fatal guardar la ley mosaica parcialmente, porque esto resultará en nuestra condenación (Gá. 3:10; Stg. 2:10). La salvación viene por medio de guardar la ley de Cristo, y no la de Moisés. A Israel no se le permitía hacer ningún trabajo en el día de reposo: "Cualquiera que en él hiciere trabajo alguno morirá". También se les ordenó: "No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo", y por lo tanto se les prohibió preparar comida en ese día (Ex. 35:2,3; 16:23). Un hombre que recogía leña en el día de reposo, presumiblemente para encender el fuego, fue castigado con la muerte por hacerlo (Nm. 15:32-36).

Aquellas denominaciones que enseñan que guardar el sábado es obligatorio para sus miembros deberían, por tanto, castigar con la muerte a aquellos miembros que rompen el día de reposo. No debería haber cocción de alimentos ni uso de fuego en ninguna forma, por ejemplo, en el manejo de vehículos a motor de impulsión, el uso de sistemas de calefacción, etc. Los judíos ortodoxos actuales ponen un ejemplo de la clase de comportameinto que se espera en el día de reposo. Permanecen todo el día puertas adentro, excepto por razones religiosas, y personalmente no cocinan, no usan transporte, etc. La mayoría de aquellos ‘cristianos’ que afirman que guardan el día de reposo, no llegan a esto.

*A menudo se sostiene que la observancia del día de reposo era uno de los diez mandamientos que se dieron a Moisés, y que, aunque el resto de la ley de Moisés fue quitada, se mantiene la obligación de guardar los diez mandamientos completos. Los adventistas del Séptimo Día hacen una distinción entre una ‘ley moral’ de los diez mandamientos, ‘la ley de Dios’, y una supuesta ‘ley ceremonial’, que ellos creen que fue quitada por Cristo. La Escritura no enseña esta distinción. La Biblia usa los términos ‘ley de Moisés’ y ley de Dios’ de forma intercambiable (Nm. 31:21; Jos. 23:6; 2 Cr. 31:3). Anteriormente hemos demostrado que el Antiguo Pacto se refiere a la ley de Moisés, que fue reemplazado en la cruz por el Nuevo Pacto: Dios "os anunció [a Israel] su pacto, el cual os mandó [a Israel] poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra" (Dt. 4:13). Una vez más debería notarse que este Pacto, basado en los diez mandamientos, fue hecho entre Dios e Israel, no con los gentiles del presente.

*Moisés subió al monte Horeb para recibir las tablas de piedra sobre las cuales Dios había escrito los diez mandamientos. Después Moisés comentó referente a esto: "Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb" (Dt. 5:2), es decir, por medio de esos diez mandamientos.

*En esta ocasión, Dios "escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos" (Ex. 34:28). Este mismo Pacto incluía detalles de la así llamada ‘ley ceremonial’ (Ex. 34:27). Si sostenemos que es necesario guardar el Pacto hecho en los diez mandamientos, debemos también observar cada detalle de la ley completa, en vista de que todo esto forma parte del mismo Pacto. Evidentemente, es imposible hacer esto.

*"En el arca ninguna cosa había sino las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb... el arca, en la cual está el pacto de Jehová" (1 R. 8:9,21). Esas tablas que contenían los diez mandamientos, constituían el Pacto.

*Hebreos 9:4 habla acerca de "las tablas del pacto". Los diez mandamientos fueron escritos en las tablas de piedra que constituían "el [Antiguo] pacto".

*Pablo se refirió a este Pacto como "grabado con letras en piedras", es decir, en las tablas de piedra. Él lo llama "el ministerio de muerte... el ministerio de condenación... lo que perece" (2 Co. 3:7-11). Ciertamente el Pacto relacionado con los diez mandamientos no puede dar ninguna esperanza de salvación.

*Cristo anuló en la cruz "el acta de los decretos que había contra nosotros" (Col. 2:14). Esto alude a los diez mandamientos que Dios escribió en las tablas de piedra. Asimismo, Pablo habla acerca de "la ley... por haber muerto... el régimen viejo de la letra" (Ro. 7:6), probablemente refiriéndose a las letras de los diez mandamientos que fueron escritos en las tablas de piedra.

*Justamente, uno de los diez mandamientos es llamado "la ley" en Romanos 7:7,8: "La ley... [dijo]: No codiciarás". Los versículos anteriores en Romanos 7:1-6 recalcan como "la ley" ha sido anulada por la muerte de Cristo; por lo tanto, "la ley" incluye los diez mandamientos.

Todo esto deja en claro que el Antiguo Pacto y ‘la ley’ incluían los diez mandamientos. Como han sido anulados por el Nuevo Pacto, por lo tanto, los diez mandamientos fueron quitados. Sin embargo, nueve de los diez mandamientos han sido confirmados, en espíritu al menos, en el Nuevo Testamento. Los números 3, 5, 6, 7, 8 y 9 se pueden hallar solamente en 1 Timoteo 1, y los números 1, 2 y 10 en 1 Corintios 5. Pero nunca se repite el cuarto mandamiento referente al día de reposo como una obligación para nosotros.

La siguiente lista de pasajes documenta con más amplitud cómo los otros nueve están confirmados en el Nuevo Testamento:

1o.Ef. 4:6; Mt. 4:10

2o.1 Co. 10:14; Ro. 1:25; 1 Jn. 5:21

3o.Stg. 5:12; Mt. 5:34,35

5o.Ef. 6:1,2; Col. 3:20

6o.1 Jn. 3:15; Mt. 5:21,22

7o.He. 13:4; Mt. 5:27,28

8o.Ro. 2:21; Ef. 4:28

9o.Col. 3:9; Ef. 4:25; 2 Ti. 3:3

10o.Ef. 5:3; Col. 3:5

El Señor Jesús invita a sus seguidores al ‘descanso’ que él les da (Mt. 11:28). Él emplea una palabra griega que se usa en la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento, para el descanso del Sábado. Jesús estaba ofreciendo una vida de Sábado, de descanso de la confianza en nuestras propias obras (compárese He. 4:3,10). Por consiguiente, nosotros no deberíamos guardar un Sábado, un día por semana, sino vivir nuestra vida entera en el espíritu del Sábado.