Principios Básicos de la BIBLIA
ESTUDIO 1: DIOS
Introducción | La existencia de Dios | La personalidad de Dios | El nombre y carácter de Dios | Los ángeles | Digresiónes ("Dios es Espíritu", El uso del nombre de Dios, La manifestación de Dios) | Preguntas

1.3 EL NOMBRE Y CARÁCTER DE DIOS

Si hay un Dios, es razonable creer que él habrá ideado algún medio de hablarnos de sí mismo. Creemos que la Biblia es la revelación de Dios al hombre, y que en ella vemos revelado el carácter de Dios. Si permitimos que esta palabra de Dios llene nuestra mente, una nueva criatura se forma dentro de nosotros, la cual tiene las características de Dios (Santiago 1:18; 2 Co. 5:17). Por lo tanto, mientras más nos entregamos a la palabra de Dios, y aplicamos las lecciones en nosotros mismos, más nos haremos "conformes a la imagen de su Hijo" (Ro. 8:29), quien fue en carácter la imagen perfecta de Dios (Col. 1:15). En esto reside el valor de estudiar las partes históricas de la Biblia; están llenas de ejemplos de cómo Dios ha tratado con hombres y naciones, mostrando siempre las mismas características básicas.

En hebreo y griego el nombre de una persona a menudo reflejaba su carácter y/o información sobre ella. Algunos claros ejemplos:

"Jesús" = "Salvador", "porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt. 1:21).

"Abraham" = "Padre de una gran multitud", "porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes" (Gn. 17:5).

"Eva" = "Viviente", "por cuanto ella era madre de todos los vivientes" (Gn. 3:20).

"Simeón" = "Oyendo", "por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste" (Gn. 29:33).

En Jeremías 48:17, el conocer al pueblo de Moab se equipara con conocer el nombre de Moab. Los Salmos a menudo equiparan a Dios mismo con su nombre, su palabra y acciones (Sal. 103:1;105:1;106:1,2,12,13).

Por lo tanto, se ha de esperar que los nombres y títulos de Dios nos darán mucha información de él. Después del bautismo es aconsejable efectuar un detallado estudio del nombre de Dios; una mayor apreciación del carácter de Dios, según se expresa en su nombre, es algo que debería continuar durante toda nuestra vida en el Señor. Por lo tanto, lo que va a continuación es en gran medida una introducción.

Cuando Moisés quiso un conocimiento más profundo de Dios para fortalecer su fe durante un período muy traumático de su vida, un ángel estuvo allí proclamando el nombre de Jehová: "¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado" (Éx. 34:5-7).

Esta es una prueba evidente de que los nombres de Dios incluyen sus características. El hecho de que los tenga es prueba de que Dios es un ser personal.

Dios ha escogido un nombre en particular por el cual le gustaría que su pueblo lo conociera y recordara; es un resumen, un epítome, de su propósito para con los hombres.

Los israelitas eran esclavos en Egipto y necesitaban que se les recordara el propósito de Dios para con ellos. A Moisés se le dijo que les diera a conocer el nombre de Dios, de manera que esto ayudara a motivarlos a salir de Egipto y comenzar el viaje hacia la tierra prometida (compárese con 1 Co. 10:1). Nosotros también necesitamos entender los principios básicos relacionados con el nombre de Dios antes de bautizarnos y comenzar nuestro viaje hacia el reino de Dios.

Dios dijo a Israel que su nombre era YAHVEH, que quiere decir "Yo soy el que soy" o quizás, "Yo seré el que seré" (Éx. 3:13-15). Entonces este nombre se expandió levemente. "Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová [Yahveh], el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob... Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos" (Ex. 3:15).

Por lo tanto, el nombre completo de Dios es "Yahveh Dios".

El Antiguo Testamento se escribió en su mayor parte en hebreo, y nuestra traducción en castellano inevitablemente omite muchos detalles cuando se deben traducir las palabras hebreas que corresponden a "Dios". Una de las palabras hebreas comunes que se ha vertido como Dios es "Elohim", que significa "poderosos". Por lo tanto, el "memorial" de Dios, el nombre por el cual él desea que le recordemos es:

YAHVEH ELOHIM

que significa

EL QUE SE REVELARÁ EN UN GRUPO DE PODEROSOS

Por lo tanto, el propósito de Dios es revelar su carácter y su ser esencial en un grupo grande de gente. En obediencia a su Palabra podemos ahora desarrollar en nosotros algunas de las características de Dios, de manera que en un sentido muy limitado, Dios se revela en esta vida en los verdaderos creyentes. Pero el nombre de Dios es una profecía del tiempo venidero, cuando la tierra estará llena de gentes que son como Él, tanto en carácter como en naturaleza (Compárese 1 P. 1:4). Si deseamos asociarnos con el propósito de Dios y llegar a ser como Dios, y si deseamos no morir más, viviendo para siempre en una perfección moral completa, entonces debemos asociarnos con su nombre. El modo de hacer esto es bautizándose en el Nombre, es decir, Yahveh Elohim (Mt. 28:19). Esto también nos convierte en los descendientes ("simiente") de Abraham (Gá. 3:27-29), a los cuales se les prometió la herencia eterna de la tierra (Gn. 17:8; Ro. 4:13), el grupo de "poderosos" (Elohim) en quienes se cumplirá la profecía del nombre de Dios. Esto se explica con más detalle en el Estudio 3.4.


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